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Página Parque Coimbra Activo en Facebook. Foto: Grupo AMÁS.

En la Residencia Parque Coimbra la inclusión de las personas con discapacidad intelectual llega a las redes sociales

Página Parque Coimbra Activo en Facebook. Foto: Fundación AMÁS.

Página Parque Coimbra Activo en Facebook. Foto: Fundación AMÁS.

 

Profesionales y usuarios del centro han creado en Facebook la página “Parque Coimbra activo”, con el objetivo de promover actividades con los vecinos de esta zona de Móstoles.

 

Parque Coimbra activo está en Facebook, se trata de una herramienta más para perseguir la inclusión y la ciudadanía de las personas con discapacidad intelectual. Así lo han entendido los profesionales y usuarios de la Residencia Parque Coimbra, perteneciente a Fundación AMÁS, que han decidido entrar en las redes sociales para formar  parte activa del barrio en el que viven.

Esta página, Parque Coimbra Activo, no está dirigida a personas con discapacidad intelectual, se trata de una oferta de colaboración, ocio y ciudadanía para todos los vecinos de este barrio de Móstoles. El objetivo es hacer cosas juntos, desde paseos, visitas, voluntariado u ocio. De esta forma los usuarios y profesionales de la Residencia Parque Coimbra se abren a los vecinos en una colaboración recíproca.

Desde paseos, a voluntariado en Cáritas y residencias de ancianos.

La página se abrió este verano, desde entonces los resultados ya son esperanzadores, la llegada a las redes sociales está abriendo a los vecinos a contemplar a las personas con discapacidad intelectual, como lo que son,  ciudadanos como los demás que se integran y colaboran en la vida de su barrio.

En Parque Coimbra Activo se cuelgan planes de interés comunitario con una invitación a la participación de los vecinos y la solidaridad es una de las protagonistas entre los mostoleños de esta zona de la localidad madrileña. Codo con codo con los habitantes de Parque Coimbra, usuarios de Fundación AMÁS están participando en programas de voluntariado de Cáritas, ayudando a clasificar alimentos y ropa en una de las parroquias, además visitan residencias de ancianos para establecer convenios que les permita ayudar y acompañar a las personas mayores del barrio.

Actualmente, seis personas con discapacidad intelectual, usuarios de la Residencia Parque Coimbra, participan activamente en distintas actividades con sus vecinos, ellos han podido comprobar como cada vez son más las personas que les miran con normalidad, aunque desgraciadamente, aún quedan excepciones.

María Ángeles, Almudena y Juan: la vocación de ayudar a sus vecinos.

Carlota Morales, es la psicóloga de Fundación AMÁS que coordina este proyecto: “Con la página Parque Coimbra Activo pretendemos crear un espacio de inclusión y ciudadanía”, nos dice y desde luego el objetivo se ha cumplido.

La prueba son las personas con discapacidad intelectual que están colaborando de forma activa, hemos hablado con varias de ellas: María Ángeles, Almudena y Juan. Los tres están involucrados en acciones de voluntariado que benefician a los vecinos del barrio, como Cáritas y la ayuda en la Residencia de ancianos Alameda, allí de momento solo acompañan y charlan con las personas mayores, aunque se está negociando un convenio de voluntariado con la entidad.

Maria Ángeles, Almudena y Juan de camino a una acción de voluntariado en el barrio Parque Coimbra. Foto: Fundación AMÁS.

Maria Ángeles, Almudena y Juan de camino a una acción de voluntariado en el barrio Parque Coimbra. Foto: Fundación AMÁS.

Acciones solidarias que nuestros protagonistas resumen con total normalidad: “A mí me gusta ayudar a la gente”, dice Maria Ángeles, “en la residencia de ancianos estuve charlando y acariciando a una señora, ¡luego no quería que me fuera!”, recuerda Almudena, mientras que Juan hace este llamamiento: “Entre todos los vecinos tenemos que echarnos una mano”.

Toda una lección de vida de personas etiquetadas así: “con discapacidad intelectual”, aunque sus capacidades superan las de otros muchos ciudadanos cuya discapacidad es la falta de solidaridad con sus semejantes.

Cualquier vecino del barrio que quiera apuntarse a realizar acciones solidarias o simplemente conocer a la gente que vive cerca de su casa, solo tiene que darle “me gusta” a esta página de Facebook “Parque Coimbra Activo”. Le aseguramos que la experiencia va a ser enriquecedora.

Una larga trayectoria de ocio inclusivo en Móstoles.

La apertura a las redes sociales de la inclusión de las personas con discapacidad intelectual, es un eslabón más de la filosofía que Fundación AMÁS lleva en todos sus centros: la visibilidad y el ocio y cultura inclusiva de las personas con discapacidad.

La Residencia Parque Coimbra no es una excepción, de los 68 usuarios que viven allí, 47 participan en actividades de ocio, deporte y cultura en espacios inclusivos de Móstoles. Ejemplos son actividades en Centros Culturales o clases en gimnasios, a las que las personas con discapacidad intelectual acuden como cualquier vecino de la zona.

Ahora se está negociando con la Concejalía de Medio Ambiente de Móstoles un proyecto de huertos urbanos abiertos a la población de la zona interesada en los cultivos ecológicos.

Redes sociales, huertos urbanos, voluntariado, ocio, deporte…son esferas normales en las que TODOS los ciudadanos, sin excepción, tienen su espacio y su lugar.

Imagen del "Aula Confort" de la Residencia Parque Coimbra. Foto: Grupo AMÁS.

El “Aula Confort” de la Residencia Parque Coimbra, una realidad con excelentes resultados

Imagen del "Aula Confort" de la Residencia Parque Coimbra. Foto: Fundación AMÁS.

Imagen del «Aula Confort» de la Residencia Parque Coimbra. Foto: Fundación AMÁS.

 

El proyecto lleva casi un año funcionando, orientado a personas en proceso de envejecimiento, ha demostrado la importancia de una atención especializada en las diferentes etapas de la vida de las personas con discapacidad intelectual.

Atender y cuidar a las personas con discapacidad intelectual, también en su proceso de envejecimiento, es el objetivo del “Aula Confort” de la Residencia Parque Coimbra, en Móstoles, de Fundación AMÁS. La iniciativa lleva casi un año funcionando y el balance no puede ser más positivo, la utilización de varias terapias combinadas está dando excelentes resultados en el estado de las personas que han entrado en procesos de envejecimiento.

Se trata, como puede verse en la imagen, de una sala hogareña, que huye de tener la apariencia de un hospital, de ahí su nombre “Aula Confort”, que es lo que se busca para personas mayores que requieren tratamientos especializados y tranquilidad. Formada por dos camas y cuatro sillones, en esta sala los usuarios y usuarias van rotando para recibir todo tipo de terapias: cambios posturales, masajes, rehabilitación, hidratación y estimulación.

Los tratamientos se realizan diariamente, de lunes a viernes de 11:00 h. a 13:00 h., y en ellos participan 25 profesionales de Fundación AMÁS, entre fisioterapeutas, psicomotricistas, psicólogos, atención directa, educadores y cuidadores. Todo un equipo volcado en mejorar la calidad de vida de estas personas que han entrado en procesos degenerativos.

Detener la rapidez del proceso degenerativo.

El equipo de Atención Directa del turno de mañana de la Residencia Parque Coimbra, detectó que las personas con discapacidad intelectual más mayores no podían seguir el ritmo habitual de las actividades del centro. Al igual que le ocurre a todo el mundo, cuando nos hacemos mayores, las necesidades son distintas y por ello se buscaron alternativas y soluciones.

Así surgió el “Aula Confort”, los profesionales de Fundación AMÁS diseñaron este proyecto que está mejorando la calidad de vida de los usuarios. Se trata de seis personas con edades superiores a los 45 años que han entrado en procesos de envejecimiento con restricciones cognitivas de lenguaje  y en algunos casos Alzheimer.

Camas y sillones del "Aula Confort". Foto: Fundación AMÁS.

Camas y sillones del «Aula Confort». Foto: Fundación AMÁS.

La terapia que reciben es multidisciplinar, desde psicología, fisioterapia, hidratación, cambios posturales y estimulación. Todos van rotando de forma que reciben los tratamientos bien en las camas, o en los sillones, pero de forma alternativa. Algo que es fundamental para realizar correctamente los cambios posturales: “De esta forma evitamos las ulceras y realizamos una rehabilitación adecuada”, dice Esther Pastrana, responsable del “Aula Confort”.

Además, se realizan masajes, una correcta hidratación a base de zumos y gelatinas, sin olvidar la estimulación sensitiva, cada día de la semana se trabaja un sentido con música, colores, texturas y olores. “Hemos notado respuestas muy positivas, todos se han estabilizado, no han seguido perdiendo facultades. Si no llega a ser por los tratamientos que reciben el proceso degenerativo habría sido más rápido”, asegura Esther Pastrana.

Juan Carlos Herrera, el voluntario de “Aula Confort”.

Juan Carlos es un hombre de 47 años, usuario de la Residencia Parque Coimbra, es una persona con discapacidad intelectual que ha decidido ayudar a las personas más mayores del centro.

Se trata de un ejemplo de solidaridad en estado puro, que hace replantearse qué entendemos por “discapacidad intelectual”, porque conociendo su caso se trata de un exponente de CAPACIDAD, con mayúsculas. Juan Carlos pidió ayudar de forma voluntaria a sus compañeros que habían entrado en proceso de envejecimiento, “me gusta ayudar a los demás”, dice con total sencillez, como si su gesto fuera algo cotidiano en nuestra sociedad.

Juan Carlos Herrera, voluntario del "Aula Confort" con usuarios del servicio. Foto: Fundación AMÁS.

Juan Carlos Herrera, voluntario del «Aula Confort» con usuarios del servicio. Foto: Fundación AMÁS.

Juan Carlos se ocupa de dar masajes en el “Aula Confort” utilizando cremas para evitar la sequedad de la piel, también ayuda en la distribución de zumos y gelatinas para la hidratación, mueve las sillas de ruedas y además busca libros en la biblioteca del centro para leer en voz alta a sus compañeros.

Un exponente de la filosofía que comparten todos los profesionales de Fundación AMÁS, basada en buscar siempre alternativas que mejoren la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual. El “Aula Confort” de la Residencia Parque Coimbra es un ejemplo más del trabajo de los profesionales de la entidad, lejos de adaptarse a protocolos cerrados e inamovibles, consideran a las personas con discapacidad los verdaderos protagonistas. Por ellas, en Fundación AMÁS se sigue avanzando con nuevos proyectos e iniciativas que suponen un referente en el sector de la atención a la discapacidad.

El derecho al ocio de las personas con discapacidad: los protagonistas de nuestras "Historias del verano". Foto: Grupo AMÁS.

Historias del verano: el derecho al ocio de las personas con discapacidad intelectual

El derecho al ocio de las personas con discapacidad: los protagonistas de nuestras "Historias del verano". Foto: Fundación AMÁS.

El derecho al ocio de las personas con discapacidad: los protagonistas de nuestras «Historias del verano». Foto: Fundación AMÁS.

 

Un grupo de residentes del Centro  Parque Coimbra de Fundación AMÁS, nos cuentan sus vacaciones, historias de la vida real con sus luces y sus sombras. Todas son el exponente del derecho de las personas con discapacidad a elegir dónde y con quien quieren compartir su ocio.

 

El Servicio de Ocio de Fundación AMÁS ha realizado este verano 24 viajes, excursiones y campamentos urbanos, en los  que han participado 390 usuarios a destinos como Alicante o Murcia. Playa, piscina, hoteles y compañeros y compañeras con los que compartir las vacaciones, son historias del verano, detrás de cada una de ellas hay una vida y unas necesidades reales. En Fundación AMÁS queremos conocerlas, porque solo escuchando a los protagonistas de sus propias vidas, es posible construir un futuro mejor para las personas con discapacidad intelectual.

Alberto Jiménez disfrutando de vacaciones con el Servicio de Ocio de Fundación AMÁS.

Alberto Jiménez disfrutando de vacaciones con el Servicio de Ocio de Fundación AMÁS.

Te invitamos a hacer un recorrido por distintos veranos: desde el verano del amor, la diversión, hasta esas otras vacaciones marcadas por la ausencia de un familiar o incluso de la propia tierra natal. El derecho al ocio de las personas con discapacidad no es diferente al del  resto de los ciudadanos, esconde deseos y sueños.

Diversión en la playa y la piscina en San Pedro del Pinatar (Murcia).

Alberto Jiménez es un joven al que le gusta bañarse, ha estado del 15 al 22 de julio disfrutando de un viaje organizado por el Servicio de Ocio de Fundación AMÁS, en un hotel de la localidad murciana de San Pedro del Pinatar.

Para Alberto, lo mejor ha sido la playa y la piscina, el hotel le ha encantado, así como las salidas y excursiones que han realizado. Recuerda con especial cariño a los monitores y monitoras de Fundación AMÁS que han acompañado a su grupo, sobre todo a Yolanda.

El verano de Alberto ha sido inolvidable, reconoce que quiere volver, pero la próxima vez le gustaría conocer otros sitios de playa. En muchas fotos de sus vacaciones, este joven aparece junto a Isabel, una chica muy especial para él.

Así que, como cualquier chico de su edad, tiene sueños y esperanzas en ese terreno tan resbaladizo para todos que es el amor: “Hemos estado en habitaciones separadas, el año que viene me gustaría estar con mi novia en la misma habitación”, dice Alberto.

Un verano alegre y lleno de sueños y esperanzas aún por llegar.

Marcelino Ramírez, usuario de Fundación AMÁS. Foto: Fundación AMÁS.

Marcelino Ramírez, usuario de Fundación AMÁS. Foto: Fundación AMÁS.

La nostalgia de la tierra natal.

En otro momento de su vida, Marcelino Ramírez vive el verano desde la madurez y la calma. Ha estado pasando unos días en la playa del 11 al 17 de julio en Alicante, en Alfaz del Pí en un viaje organizado por el Servicio de Ocio de Fundación AMÁS.

Le ha gustado el hotel y la comida, pero Marcelino quiere ir de vacaciones a su tierra natal, a Santander, otro clima y otros paisajes que forman parte de los recuerdos de su vida.

Para Marcelino lo más importante es sentirse bien, ha tenido algunos problemas leves de salud este verano y lo que quiere, como cualquier persona de su edad, es estar tranquilo: “no me gusta la gente mala”, dice desde la sabiduría de sus años.

Un verano sin vacaciones.

Al igual que muchos españoles y españolas, Valentina Ordóñez no ha salido este verano de vacaciones. La causa ha sido la imposibilidad de uno de sus familiares de acompañarla, se trata de la persona con la que ella quiere estar: “Yo quiero irme con mi prima, pero no ha podido llevarme”.

Valentina Ordóñez, usuaria de Fundación AMÁS. Foto: Fundación AMÁS.

Valentina Ordóñez, usuaria de Fundación AMÁS. Foto: Fundación AMÁS.

Con algo de tristeza en la mirada Valentina recuerda que varias monitoras del Centro Parque Coimbra donde reside, le animaron a pasar el verano fuera aprovechando los viajes del Servicio de Ocio de Fundación AMÁS, pero ella prefirió esperar la posibilidad de ir con su familiar,  algo que finalmente no ha pasado.

Su deseo es muy sencillo: “Me gustaría ir con mi prima a la casa que tengo en Villar, mi pueblo”, a Valentina este sueño tan modesto, le parece inalcanzable.

El largo verano del amor consolidado.

Virginia Blanco y José Manuel Rodríguez han tenido un largo y cálido verano que han vivido en pareja. Son novios  desde hace tres años y han compartido habitación, primero en el hotel de Alicante donde viajaron con Fundación AMÁS y luego en un albergue en Burgos.

Virginia Blanco y José Manuel Rodríguez durante sus vacaciones.

Virginia Blanco y José Manuel Rodríguez durante sus vacaciones.

“Han sido unas vacaciones bárbaras, la gente muy cariñosa, nadie nos ha puesto ninguna pega para dormir juntos”, dice José Manuel. Durante las vacaciones, al igual que hacen en su vida diaria en la residencia de Parque Coimbra, se han ayudado, acompañado y divertido en la playa y la piscina.

El objetivo del Servicio de Ocio de Fundación AMÁS es dotar de apoyos a las personas para que disfruten de su ocio como ciudadanos de pleno derecho y para ello, se base en tres principios básicos: inclusión, normalización y autodeterminación.

Unas máximas cumplidas a rajatabla en esta entidad, forjada en el respeto a la libertad de decisión de todas las personas sobre sus propias vidas. Vidas como las de nuestros protagonistas, a través de sus veranos hemos conocido sus realidades, necesidades y sueños, tan parecidos, tan diferentes, a los del resto de seres humanos.