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Los osos marinos, nuestros amigos

Uno de los gestos cariñosos que tiene el oso marino

 

     Durante los meses de julio, agosto y septiembre, un grupo de 50 personas compuesto por niños y mayores van a acudir todas las mañanas de los martes y miércoles a terapias con osos marinos, en las cuales se trabaja para poder lograr los objetivos, pero el mayor objetivo es, sin duda, disfrutar de esta experiencia única. Nos la cuenta Laura Pastrana, responsable de terapias asistidas con animales en el Centro de Inclusión y Oportunidades Padre Zurita.

 

A través de las palabras de Laura Pastrana, responsable de terapias asistidas con animales en el Centro de Inclusión y Oportunidades

Abrazando al oso marino

Abrazando al oso marino

Padre Zurita,  conocemos de primera mano las emociones de las personas que están viviendo esta experiencia. «

Animales que a priori nos pueden resultar peligrosos por su tamaño, nos están demostrando, que las apariencias engañan y que son los más cariñosos del mundo, ya que nos tratan con cuidado, delicadeza y tienen muchísima paciencia con nosotros a pesar de llevarse algún pellizco o alguna patada por nuestra parte, sin mala intención por supuesto, únicamente por la euforia del momento y la alegría de poder estar viviendo ese momento tan especial. El primer día nos invaden los nervios a lo desconocido, a tener que bañarnos con unos animales, los osos marinos, a los que no conocemos ni vemos habitualmente, a juntarnos con personas que vamos a conocer ese día… un coctel de sentimientos en el que se mezclaban alegría, ilusión, nervios, sorpresa, miedo…. Toda esta mezcla explosiva hace que cada día sea totalmente diferente, lo que hace que esta actividad sea una experiencia única cada día, una experiencia en la que participamos de manera exclusiva. 

 

        No todo va a ser lúdico, vamos a trabajar todas estas mañanas, y muy duro, por cierto, pero trabajar al ladoMiembros del grupo en un descanso de estos animales va a ser realmente fácil y todo el esfuerzo de estos días va a ser recompensado con ilusión, alegría, risas, etc. El ver la cara de felicidad de todas las personas que están compartiendo este momento, no tiene precio. La emoción que se respira al poder tocar a un oso marino, al poder darle un beso, abrazarle y sentirle cuando se sube encima y le notamos el corazón y la respiración… ¡que calma nos trasmite en ese momento!!!

Es increíble las muestras de superación que estamos viendo estos días, ver el esfuerzo que realizan las personas para poder disfrutar al máximo de la actividad, de tocar a estos animales, de bañarse con ellos…no tiene precio todo lo que estamos viviendo este verano, por eso las imágenes hablan por sí solas. 

 

Disfrutando del agua junto al oso marino

Disfrutando del agua junto al oso marino

Por eso, queremos dar las gracias de corazón a todo el equipo de Faunia por permitirnos vivir este verano, y esperamos que año tras año se siga repitiendo, como hasta ahora, y que todas las personas que lo deseen puedan participar, pues somos una gran familia que está formada por mucho más de 50 personas”.

Esta experiencia finalizará en septiembre y son dos días a la semana, los martes y jueves.

 

Ya está a la venta en Atención Temprana de Fundación AMÁS el cuento solidario “Papás, yo quiero nadar”

 

Por solo 10 euros de solidaridad, puedes ayudar a crear un futuro para niños y niñas de Atención Temprana. El cuento solidario “Papás, yo quiero nadar” ya está a la venta en el Centro de Atención Temprana de Fundación AMÁS, situado en la calle París, número 9 de Móstoles.

El autor de “Papás, yo quiero nadar”, se llama Teo Delgado, es un padre de Atención Temprana, que tras escribir esta historia de sueños y lucha para su hijo, ha decidido donar las ventas a financiar tratamientos de niños y niñas con discapacidad y/o riesgo de padecerla.

Teo Delgado, autor de "Papás, yo quiero nadar" con madres de Atención Temprana. Foto: Fundación AMÁS.

Teo Delgado, autor de «Papás, yo quiero nadar» con madres de Atención Temprana. Foto: Fundación AMÁS.

El precio solidario del cuento es de solo 10 euros y puede adquirirse en el Centro de Atención Temprana de Fundación AMÁS, en la calle París, número 9 de Móstoles. Un lugar idóneo para que todas las personas interesadas en comprar el libro, puedan comprobar la labor de la entidad y los beneficios terapeúticos que obtienen niños y niñas con discapacidad o de desarrollo.

Por cada 100 cuentos vendidos, lograremos la sonrisa de un niño o niña.

“Papás, yo quiero nadar”, cuenta la historia de un pequeño búho que lucha por hacer realidad su sueño, a pesar de que todo el mundo le dice que es imposible, que los búhos no nadan, Nico, demuestra que todo es posible, siempre que contemos con la ayuda necesaria.

Cuento solidario en beneficios de niños y niñas de Atención Temprana. Foto: Fundación AMÁS.

Cuento solidario en beneficios de niños y niñas de Atención Temprana. Foto: Fundación AMÁS.

Y eso es lo que Fundación AMÁS reclama de la solidaridad de los madrileños: Hay familias que necesitan ayuda para financiar los tratamientos de sus hijos e hijas. Por cada cien cuentos vendidos, logaremos diez meses de intervención, un tiempo clave para cambiar el futuro de un niño o niña con discapacidad y/o de desarrollo.

La solidaridad de un padre coraje.

El cuento solidario “Papás, yo quiero nadar”, ha sido presentado el pasado 31 de marzo en el Centro de Atención Temprana de Fundación AMÁS. El autor, Teo Delgado, con la ayuda de un grupo de madres, puso en escena, a través de un teatro de títeres, esta historia de lucha.

Representación del cuento "Papás, yo quiero nadar". Foto: Fundación AMÁS.

Representación del cuento «Papás, yo quiero nadar». Foto: Fundación AMÁS.

El libro  ha surgido de los relatos que este padre solidario, inventa diariamente para su hijo Manuel de cuatro años, un pequeño valiente que recibe tratamiento desde 2013 en el Centro de Atención Temprana de Fundación AMÁS.

Para el autor es el símbolo de la lucha de muchas familias “el personaje de Nico nos simboliza a nosotros mismos, a los padres que luchamos día a día, sacando fuerzas de donde no las hay. A pesar de la adversidad, el dolor y las contrariedades, mi hijo Manuel es hoy un niño que sigue adelante, luchando y viviendo feliz”.

Comprar “Papás, yo quiero nadar”, es formar parte de una larga cadena de solidaridad y así lo entiende este padre luchador y solidario: “Quiero agradecer a todos los profesionales que ayudan a mi hijo, incluso a los que erraron pero que dieron todo su esfuerzo; a la sangre de las donaciones que recibió y que hoy le da vida; a la leche con la que alguna madre altruista aumentó sus defensas; a la alegría y las risas que la gente le siembra cada día”.

¿Nos ayudas a mejorar el futuro de los niños y niñas de Atención Temprana?

Por solo 10 euros, formarás parte de algo grande: Una sonrisa infantil.

¡Gracias!