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Concha Moreno, usuaria de la Residencia Los Pinos de Grupo AMÁS. Foto: Grupo AMÁS.

La sonrisa de Concha: la tranquilidad de saber que en la vejez se respetarán sus deseos

Concha Moreno, usuaria de la Residencia Los Pinos de Fundación AMÁS. Foto: Fundación AMÁS.

Concha Moreno, usuaria de la Residencia Los Pinos de Fundación AMÁS. Foto: Fundación AMÁS.

Concha Moreno, es una usuaria de la Residencia Los Pinos de Fundación AMÁS, tiene 70 años y es una de las personas con discapacidad que ha dejado por escrito la Planificación  de su Plan Personal por Adelantado : quién quiere que la cuide, dónde, cómo, incluso el lugar en el que desea ser enterrada.

La planificación por adelantado del futuro es algo a lo que todos tenemos derecho y que cada cual realiza a su manera. Pero entonces, ¿por qué nadie pregunta sus deseos a las personas con discapacidad que han entrado en proceso de envejecimiento?, una cuestión a la que ya se está dando respuesta desde Fundación AMÁS en colaboración con el grupo de Buena Vejez de Plena Inclusión.

De momento ya se han realizado nueve planificaciones en la Residencia Los Pinos de Leganés, allí al menos cuarenta usuarios y usuarias que han entrado en procesos de envejecimiento dejarán por escrito sus deseos en esta especie de “Testamento vital” que pretende garantizar al máximo el respeto a la voluntad de cada persona en los últimos días de sus vidas.

Se trata de un compromiso doble, por parte de los profesionales de Fundación AMÁS y de los familiares de la persona con discapacidad, ambas partes se comprometen a respetar los deseos plasmados en su Plan Personal por Adelantado del Futuro.

Un proceso que implica a profesionales y familiares.

Lola Molina es psicóloga de Fundación AMÁS, ella es uno de los profesionales de la entidad que están realizando las planificaciones de futuro, para ello, se reúne con la persona con discapacidad y su familia. Es el caso de Remedidos Nieves, su hermana de 57 años, tiene Síndrome de Down y está empezando a desarrollar Alzheimer, ahora es el momento de conocer sus deseos antes de que entre en un proceso degenerativo: “Para mí es un alivio, yo soy mayor que mi hermana y así sé que mis hijos no tendrán que tomar decisiones que podrían contravenir los deseos de Teresa”.

Concha Moreno, Lola Molina y Remedios Nieves. Foto: Fundación AMÁS.

Concha Moreno, Lola Molina y Remedios Nieves. Foto: Fundación AMÁS.

Fundación AMÁS ha apostado por esta herramienta que supone un paso más en el respeto a los derechos de las personas con discapacidad “se trata de un compromiso que implica a toda la organización, si una persona manifiesta que desea pasar sus últimos días en una de nuestras residencias, hay que adaptar toda nuestra dinámica de trabajo a una situación en la que va a requerir más cuidados”, explica Lola Molina. Esto supone el compromiso en firme de respetar al pie de la letra los deseos expresados por las personas con discapacidad en proceso de envejecimiento.

Una garantía que es bienvenida por los familiares, como es el caso de Remedios: “Me tranquiliza saber que cuando mi hermana necesite más ayuda o apoyo, contamos con Fundación AMÁS”.

Unas preguntas que se responden con total naturalidad.

Cuando los profesionales de la Residencia Los Pinos de Leganés, se plantearon preguntar a los usuarios sobre sus últimas voluntades, existía temor a cuestiones tan delicadas como el lugar donde se desea ser enterrado, el tipo de oficio religioso o con quién quiere pasar sus últimos días.

Concha Moreno en la Residencia Los Pinos de Fundación AMÁS. Foto: Fundación AMÁS.

Concha Moreno en la Residencia Los Pinos de Fundación AMÁS. Foto: Fundación AMÁS.

Sin embargo, Lola Molina recuerda como todos quedaron impresionados por la naturalidad con la las personas con discapacidad responden ante estos temas, tienen muy claro sus preferencias y deseos. Algo que hemos podido comprobar hablando con Concha Moreno, a sus 70 años resume así la experiencia: “Me pareció muy bien, ahora estoy más tranquila, yo quiero que me entierren en un nicho que tiene mi familia en Málaga, ahora sé que se cumplirá”.

El caso de Concha es un ejemplo de los beneficios del Plan Personal por Adelantado, a su edad es posible que queden pocos familiares directos, ahora al conocer sus deseos, existe la garantía de que se cumplirán “yo solo quiero ser feliz”, sentencia esta mujer entrañable que no pierde la sonrisa.

El proceso se ha iniciado en la Residencia Los Pinos, empezando  por personas mayores de 45 años que están entrando en patologías degenerativas, pero paulatinamente se irá extendiendo a todos los centros de Fundación AMÁS.

La entidad, como siempre, cuenta en esta nueva iniciativa con el apoyo de las familias, para Fundación AMÁS son el soporte básico en la lucha por la inclusión y los derechos de las personas con discapacidad, tengan la edad que tengan.