Rompiendo estereotipos: La lucha de personas con diversidad funcional para lograr derechos básicos como el voto, vivienda o educación

Óscar Arroyo, miembro de Comité Ciudadanía. Foto: Fundación AMÁS.

Óscar Arroyo, miembro de Comité Ciudadanía. Foto: Fundación AMÁS.

Hablamos con Óscar Arroyo y Laura Fernández, dos jóvenes con diversidad funcional, miembros de Comité Ciudadanía de Fundación AMÁS. Ambos repasan el largo camino hasta conseguir la modificación de la ley que permite votar a 100.000 personas con discapacidad intelectual y los objetivos que quedan por delante.

 

Laura Fernández y Óscar Arroyo son miembros de Comité Ciudadanía, el órgano de Fundación AMÁS elegido democráticamente por las personas con diversidad funcional de la entidad, son por tanto, sus representantes hasta el año 2020 cuando se convoquen nuevas elecciones.

Los dos han vivido en primera persona la lucha por conseguir la modificación de la ley que impedía ejercer en España el derecho al voto a 100.000 personas con diversidad funcional por una sentencia judicial. Para ello, junto con grupos de representantes y también grupos de autogestores del movimiento asociativo Plena Inclusión, han protagonizado una larga lucha que ha incluido reclamar sus derechos ante los partidos políticos de la Asamblea de Madrid y a nivel nacional, en el Congreso de los Diputados.

Óscar Arroyo en el Congreso de los Diputados reclamando la modificación de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General. Foto: Fundación AMÁS.

Óscar Arroyo en el Congreso de los Diputados reclamando la modificación de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General. Foto: Fundación AMÁS.

 “Realmente esto me ha enseñado a mirar por otras personas, yo puedo votar, pero he luchado por los derechos de otros muchos, estoy orgulloso de lo que hemos conseguido”, nos dice Óscar Arroyo. Una opinión que comparte su compañera Laura Fernández, quien aporta esta reflexión que puede aplicarse a todos los ciudadanos cuando sienten no ser atendidos por sus representantes políticos: “Hasta ahora no han sabido o no han querido escucharnos, ha sido difícil la escucha y difícil entender, pero lo hemos conseguido después de muchos años peleando”.

A pesar de esta victoria, los dos son conscientes del largo camino que queda por delante para conseguir que leyes, instituciones públicas y privadas, así como la sociedad en general, asuman que las personas con diversidad funcional son ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho.

Derecho a decidir, vivienda, educación, sexualidad y accesibilidad cognitiva.

Laura y Óscar tienen muy claras sus reivindicaciones y su propósito de cambiar el futuro para las personas con diversidad funcional. “A ver si le queda claro a todo el mundo que nosotros también entendemos de política y queremos elegir a nuestros representantes para seguir avanzando en derechos”, dice Óscar Arroyo. Una lucha, que para Laura Fernández es más difícil aún para las mujeres: “Muchas veces nos enfrentamos a una doble discriminación, por ser mujeres con diversidad funcional”.

Para los dos hay muchas cosas que cambiar, como conseguir que las personas con diversidad funcional sean dueños de sus propias vidas. “Hay muchas personas que trabajan pero están en agencias tutelares, para hacer cualquier gasto de su sueldo tienen que pedir permiso y esperar meses una respuesta”, nos cuenta Óscar, “habría que conseguir legalmente que con la ayuda de una persona de apoyo, todo ese colectivo pueda decidir en su vida”, añade Laura.

La vivienda es otra de sus reivindicaciones, reclaman a las administraciones más pisos tutelados, “dicen que no hay dinero, pero hay mucha gente que se gasta el dinero de los demás, malversa…¿y esos no tienen discapacidad?”, se pregunta Óscar Arroyo.

Para Laura es importante también la accesibilidad cognitiva: “Partidos políticos, medios de comunicación, internet, transporte público., programas electorales…tienen que adaptar sus mensajes a Lectura Fácil, es un derecho de todos, no solo de las personas con discapacidad intelectual, hay personas mayores o extranjeros a los que también les cuesta entender muchas cosas”, asegura Laura Fernández.

Una accesibilidad que también reclaman, debe llegar a la educación “nos piden formación”, dice Óscar, “pero luego las Universidades no están adaptadas”.

Miles de barreras a las que este colectivo se enfrenta todos los días, como su derecho a la sexualidad y la vida en pareja: “Me quiero relacionar con chicas que no tienen por qué tener discapacidad, pero muchas veces la gente de mi edad me mira como si fuera un enfermo”, se lamenta Óscar. Una discriminación a las que a veces se une la sobreprotección familiar “he tenido pareja y me dejó, mi familia teme que me vuelvan a hacer daño, yo pienso que puedo volver a enamorarme”, dice Laura con una sonrisa.

Son muchos los retos que quedan por delante, pero miles de luchadores como ellos están dispuestos a continuar conquistando derechos. Un camino en el que cuentan con los apoyos de las entidades y el movimiento asociativo: “Queremos dar las gracias a Fundación AMÁS que ha hecho que Comité Ciudadanía sea una realidad; a sus profesionales: Noelia, Luis, Fernando, Maribel; a las empresas que nos contratan y permiten que acudamos a reuniones y a Plena Inclusión que nos ayuda a crecer como personas. A todos, gracias por colaborar para que la personas con diversidad funcional podamos vivir un poco mejor”.

El agradecimiento debería ser de toda la sociedad a su ejemplo de dignidad y defensa de derechos que nos afectan a tod@s.