El voluntariado de Nora y Jorge en Juegaterapia: Cambiando el rol de las personas con discapacidad intelectual

 

Iván Rodríguez Urgel, Nora Martíns y Jorge Torralba en la sede de Juegaterapia. Foto: Fundación AMÁS

Iván Rodríguez Urgel, Nora Martíns y Jorge Torralba en la sede de Juegaterapia. Foto: Fundación AMÁS

Nora Martins y Jorge Torralba son dos jóvenes con discapacidad intelectual de Fundación AMÁS, desde hace tres años ejercen voluntariado en “Juegaterapia”: “Queremos ayudar a otros luchadores como nosotros”.

 

Una vez a la semana Nora y Jorge acuden puntuales a la sede de Juegaterpia de la calle Lagasca en Madrid, algo que llevan haciendo por tercer año consecutivo con la misma entrega y entusiasmo. Su labor de voluntariado consiste en colocar y clasificar todas las donaciones que se reciben de consolas y videojuegos para que lleguen rápidamente a los hospitales donde los niños y niñas ingresados necesitan alicientes para pasar su enfermedad y las largas horas de tratamientos.

Un cambio de rol que supone pasar de ser personas que necesitan ayuda a convertirse en ciudadanos que ayudan a los demás. Una apuesta que surge de la filosofía de inclusión de las personas con discapacidad intelectual que Fundación AMÁS aplica en todos sus centros, en este caso en el Centro de Inclusión y Oportunidades Padre Zurita, de Alcorcón.

“En Juegaterapia nos enamoramos de ellos inmediatamente”.

Con esta frase resume Iván Rodríguez Urgel, Director de Voluntariado en Juegaterapia, su satisfacción con el trabajo de voluntariado de Nora y Jorge.

“Vienen los martes y es el día más feliz de la semana, las buenas personas como ellos generan espacios de paz. Nora y Jorge ofrecen su tiempo para una batalla que no es la suya, al igual que todos los voluntarios, son seres humanos para dignificar”, nos dice Rodríguez Urgel.

Su labor de voluntariado tiene mucha responsabilidad, deben probar y clasificar las consolas y los videojuegos que llegan a la Fundación Juegaterapia para que el almacén esté totalmente colocado y puedan salir inmediatamente camino a los hospitales. “Su trabajo es fundamental, sin ellos sería imposible que todo llegara a tiempo. Para nosotros hacer más llevadero el tiempo que pasan los niños ingresados es básico”.

Nora y Jorge ejerciendo su voluntariado en Juegaterapia. Foto: Fundación AMÁS.

Nora y Jorge ejerciendo su voluntariado en Juegaterapia. Foto: Fundación AMÁS.

Nora y Jorge se sienten muy orgullosos de su trabajo como voluntarios: “Estamos ayudando a niños que muchas veces padecen cáncer, nosotros sabemos bien lo que es luchar, tenemos discapacidad intelectual y ellos son luchadores como nosotros”, aseguran sonriendo, lo que supone toda una lección.

El cambio de rol de las personas con discapacidad intelectual

La inclusión en el entorno, en la comunidad, en los problemas de otros seres humanos forma parte de la hoja de ruta de Fundación AMÁS con las personas con discapacidad intelectual. Y este es un ejemplo más como nos explica Héctor Ibáñez, profesional de la entidad: “En el Centro de Inclusión y Oportunidades Padre Zurita apostamos por este cambio de rol; las personas con discapacidad intelectual pasan de ser las que necesitan ayuda a las que prestan también su apoyo a otros seres humanos. Y un ejemplo de esto son Nora y Jorge”.

Héctor Ibáñez con Nora y Jorge. Foto: Fundación AMÁS

Héctor Ibáñez con Nora y Jorge. Foto: Fundación AMÁS

Ayudar a los demás, es la rueda de solidaridad en la que se basa Juegaterapia. Niños y niñas que han recibido juguetes cuando estaban hospitalizados, se convierten en donantes en el momento en el que sanan. Pequeños que ayudan a otros, personas que necesitan apoyo, pero que también lo prestan.

Donando diversión

Juegaterapia nació en la primavera de 2010. Mónica Esteban, su fundadora, le dio una Play Station a un niño que estaba recibiendo tratamiento de quimioterapia en el hospital e inmediatamente pudo ver cómo el pequeño se animaba y afrontaba su enfermedad con una sonrisa.

Donación por parte de un niño de un videojuego a Juegaterapia. Foto: Fundación AMÁS

Donación por parte de un niño de un videojuego a Juegaterapia. Foto: Fundación AMÁS

Desde entonces esta ONG ha comprobado diariamente los beneficios que el juego tiene en los niños hospitalizados. Al estar fuera de casa, alejados de los suyos y en un entorno desconocido, la experiencia hospitalaria les intimida. En ese momento, los videojuegos, la tablet y la posibilidad de disfrutar de un jardín dentro del hospi, se convierten en un medio fundamental para conectarle con el mundo y hacer que se olvide de dónde está, al menos durante el tiempo que dura la partida.

En definitiva, crear sonrisas, algo en lo que tod@s, como Nora y Jorge, podemos colaborar.